- En la “Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular” se establecen siete metas, una de las cuales es que al 2040, la generación de residuos domiciliarios per cápita se haya reducido en un 25%.
De acuerdo al 3er Informe del Estado del Medio Ambiente 2020, en Chile el año 2018 se generó un total de 19,6 millones de toneladas de residuos sólidos anuales, de los cuales, el 53% es de origen industrial, 42% municipales, 2% de lodos de plantas de tratamiento de aguas servidas, y el restante 3% corresponde a residuos peligrosos. Respecto a los residuos municipales o domiciliarios, se generaron 8.177.448 toneladas ese año, con una población proyectada de 18.751.405 habitantes, lo que significa un promedio de 1,19 kilos al día por habitante.
De ese total de residuos domiciliarios, un 44,9% corresponde a la Región Metropolitana, donde se concentra el 41,1% de la población del país. Se estima que cada habitante de Santiago genera 1,3 kg diarios de residuos, de los cuales sólo un 10% se envía a reciclaje, cifra superior al promedio nacional. Las regiones que le siguen en cantidad de residuos son Valparaíso (10,6%), Biobío (9,3%) y Coquimbo (5,2%). En tanto, las regiones que presentan las menores cantidades de Residuos Sólidos Domiciliarios (RSD), son Aysén, Magallanes, Arica y Parinacota y Atacama, que tienen también una menor población.
Frente a estas cifras, surgen entonces las siguientes interrogantes: ¿qué se puede hacer con tanto residuo generado en el país y en la Región Metropolitana?, ¿hasta cuando podemos seguir enviando la basura a los rellenos sanitarios?, ¿es el Reciclaje la única alternativa que podemos impulsar para disminuir las cifras?
Aunque nuestro país, comenzó en la década del 90 a hacerle frente a esta situación con medidas y normativas concretas al alero de la creación de la institucionalidad ambiental y la Ley 19.300, Ley sobre Bases Generales de Medio Ambiente, los países desarrollados ya en la década del 70 avizoraban que la respuesta estaba en el cambio de paradigma a los procesos económicos e industriales. En esa época se acuñó el término “de la cuna a la cuna”, una filosofía que compara los procesos industriales y comerciales con un proceso de metabolismo biológico, donde los desechos equivalen a nutrientes que pueden ser recuperados y reutilizados. Desde allí comienza entonces a pensarse que la solución está en migrar de una Economía Lineal a una Economía Circular.
“El año 2019 el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), en conjunto con el Ministerio de Economía, CORFO y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), decidimos generar una ambiciosa Hoja de Ruta a la Economía Circular que sirva como base para impulsar una transición hacia el ’Chile Circular del futuro’, con medidas concretas para transformar el país al 2040”, sostiene el Seremi del Medio Ambiente RM, Sebastián Gallardo.
A lo que agrega, “la Economía Circular es la manera de desarrollarnos de forma sustentable. Incluye el reciclaje, que estamos impulsando fuertemente desde el Ministerio del Medio Ambiente a través de la implementación de la Ley REP, pero vamos más allá, porque esta Hoja de Ruta de Economía Circular en la participaron también organismos internacionales, representantes del mundo público, privado, sociedad civil, la Academia y la ciudadanía -a través de los procesos de Consulta Pública- propone, desde su diseño, generar productos y servicios en los que nada se pierda, sino que los materiales se transformen en nuevos productos y no tengamos desechos”.
Sin duda que la Economía Circular constituye un cambio profundo en las formas de producción y consumo, al dejar atrás la lógica tradicional del: extraer-producir-consumir-botar, para avanzar hacia un modelo en que los materiales que entran en el ciclo económico se aprovechan durante el mayor tiempo posible o incluso de forma indefinida. Con esto no solo se evita la generación de enormes volúmenes de residuos y se hace un uso mucho más eficiente de nuestros recursos, si no que además se generan importantes oportunidades económicas para las empresas, mayores fuentes de trabajo, y menores impactos ambientales al haber una disminución de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
El Seremi Gallardo explica que “esta ‘Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular’ plantea siete metas, divididas en cuatro ámbitos claves, con un horizonte al 2040 y un objetivo intermedio al 2030. La primera meta es que la Economía Circular genere 180 mil nuevos empleos al 2040 (100 mil al 2030). La segunda meta es que al 2040, la generación de residuos domiciliarios per cápita se haya reducido en un 25% (10% al 2030) y la tercera es que la tasa de reciclaje de residuos domiciliarios alcance el 65% en 2040 (30% al 2030)”.
Agrega Gallardo que el cuarto objetivo es que el 2040 la productividad material del país haya aumentado en un 60% (30% al 2030); la quinta meta es que el 2040 la generación de residuos por unidad de producto interno bruto se haya reducido en un 30% (15% al 2030) y la sexta es que al 2040 la tasa general de reciclaje haya alcanzado un 75% (40% al 2030).
“La última gran meta establecida en la Hoja de Ruta es que al 2040 se hayan eliminado el 90% de los vertederos ilegales del país, y que al año 2030 esta reducción ya haya llegado al 50%. Sin duda que cumplir este plan maestro tendrá un impacto directo en la calidad de vida de los chilenos, ya que si somos capaces de hacer de Chile un País Circular, la ciudadanía tendrá opciones de más y mejores trabajos, nuevas oportunidades de emprendimiento y barrios más limpios”, expresa el Seremi Sebastián Gallardo.
Para cumplir con las metas, la Hoja de Ruta contempla un total de 92 acciones, que se agrupan en cuatro grandes líneas de acción: la Innovación Circular, la Cultura Circular, la Regulación Circular y los Territorios Circulares. “Esta tarea que nos hemos trazado como Estado no es posible sin el compromiso ciudadano, por ello estamos impulsando fuertemente en establecimientos educacionales y en redes sociales la toma de conciencia frente a esta materia. Queremos no solo que las personas se sensibilicen si no que adopten formas y estilos de vida más sustentables, para que realmente lleguemos a un Chile Circular”, enfatiza el Seremi del Medio Ambiente RM, Sebastián Gallardo.
Con la implementación de esta Hoja de Ruta, la Ley REP y otras acciones, Chile inició su migración desde una economía lineal -en la que se generan grandes cantidades de basura- hacia una circular, en la que se aprovechan los recursos múltiples veces, generando beneficios a las personas y al planeta, logrando cumplir así con el gran objetivo de la institucionalidad ambiental, esto es, el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, protegiendo, preservando y conservando el medio ambiente, la naturaleza y el patrimonio ambiental.