¿Qué es?
Consiste en un conjunto de medidas, adoptadas tanto a nivel de diseño e industria como a nivel de consumidor, orientadas a la disminución de la cantidad de productos consumidos, con el objetivo de transitar desde un modelo económico lineal hacia uno de tipo circular, donde “el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduzca al mínimo la generación de residuos”, de acuerdo con la Comisión Europea.
Para lograr ese propósito se deben incorporar modificaciones en los sistemas lineales de producción, negocios y consumo, en el contexto del principio preventivo contenido en la Ley 20.920/2016 del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), que considera el “Conjunto de acciones o medidas que se reflejan en cambios en los hábitos en el uso de insumos y materias primas utilizadas en procesos productivos, diseño o en modificaciones en dichos procesos, así como en el consumo, destinadas a evitar la generación de residuos, la reducción en cantidad o la peligrosidad de los mismos”. Lo anterior incluye la utilización de instrumentos ambientales, tales como: ecodiseño, ecoetiquetado, reutilización, entre otros.
En ese sentido, la estrategia jerarquizada relacionada con el manejo de residuos sólidos está basada en prevenir su generación y asegurar su trazabilidad, entre otros aspectos.