Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para consumo humano se desperdicia. Asimismo, solo con la comida que se desaprovecha en América Latina se podría alimentar a 300 millones de personas.
Se entiende por pérdida de alimentos como la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentaria, excluyendo a los minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores.
En cuanto al concepto de desperdicio de alimentos, este se refiere a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores.
Evitar o disminuir la realización de estas dos acciones ayuda a garantizar un uso eficiente de los recursos y el suministro de los mismos. También aporta a reducir la producción de residuos, limitar el consumo de energía, luchar contra el cambio global y limitar los impactos medioambientales negativos de los procesos productivos.
Los alimentos se desperdician de muchas maneras:
- Los productos frescos que se desvían de lo que se considera óptimo. Por ejemplo, en base a criterios de forma, tamaño y color, a menudo se eliminan de la cadena de suministro durante las operaciones de clasificación.
- Los minoristas y consumidores suelen descartar los alimentos que están cerca de la fecha de consumo preferente o que la han superado.
- Grandes cantidades de alimentos comestibles sanos a menudo no se usan, o sobran, y se descartan de las cocinas domésticas y establecimientos de comidas.
Una menor pérdida y desperdicio de alimentos conduciría a un uso más eficiente de la tierra y una mejor gestión de los recursos hídricos, lo que tendría un efecto positivo en los medios de vida y en la lucha contra el Cambio Climático.
Algunos documentos que se refieren al tema son:
Busca contribuir en la reducción de la pérdida de alimentos mediante la adaptación y validación de una metodología para la cuantificación de esta práctica en las cadenas de frutas y hortalizas, así como el intercambio de conocimientos sobre las buenas prácticas para prevenir la pérdida de alimentos
Se trata difundir a la población el inmenso problema que significan las pérdidas y desperdicios producidos a lo largo de toda la cadena alimentaria.